No os pasa que al igual que ocurre con la gente, con los lugares, las situaciones, etc. La mente también archiva sentimientos y emociones, olores y sabores del pasado, muy característicos de una época en concreto de tu vida, y a veces, se abre la puerta de esa alacena dejando escapar esos sabores y sentimientos de otros tiempos, de otra vida pasada que fue la infancia. Salen y te inundan como si no hubiese pasado el tiempo, pero sólo dura un breve momento, luego desaparecen de nuevo tras la puerta dejando un sabor de boca a nostalgia.
Todavía quedan puertas por abrir, y poder recordar la infancia. Todavía quedan puertas tras las que, el tiempo no ha pasado. En esa vieja tele sigo viendo y escuchando la sintonía de Informe Semanal, en blanco y negro y al calor de la chimenea.