1 de septiembre de 2013

Cuadernos



Quizá pensamos desde siempre que la vida es un único block de notas en el que vamos escribiendo día a día todo aquello que nos pasa. Un gran cuaderno que vamos manchando a lo largo de nuestro paso por el mundo. Vamos pegando recortes, fotos, textos y vivencias. A veces nos saltamos unas cuántas páginas en el orden lineal y escribimos lo que nos gustaría que ocurriese cuando lleguemos a ellas. Unas veces coincide lo que escribimos con lo que finalmente pasa y otras no. El problema es que en este cuaderno no se puede borrar, de una manera u otra todo lo que ponemos en él permanece, incluso hay quienes llegan a confundir en las páginas aquello que escribieron saltándose páginas y aquello que realmente ocurrió.

Cuando vamos escribiendo somos incapaces de darnos cuenta que, en realidad, no hay un único cuaderno, la vida se compone de muchos de ellos. Continuamente estamos terminando las páginas de unos y abriendo cuadernos nuevos para enfrentarnos de nuevo a la hoja en blanco, al vacío por llenar, al volver a escribir una historia en un nuevo cuaderno. Puede ocurrir que unas veces lo que te ves obligado a escribir te guste más o menos. Otras veces puede ocurrir que tengas constantes ganas de saltarte hojas y escribir más sueños que realidades. Otras veces, la historia te deja bloqueado por tiempo y no eres capaz de escribir nada más allá del constante tic-tac del tiempo pasando.

Hay épocas en las que el cuaderno se va llenando con manchones de tinta, recortes mal pegados y letras desordenadas. Otras, el manuscrito queda más limpio y ordenado, más claro y agradable. Creo que es importante poner el mejor empeño en comenzar nuevos cuadernos con nuevas historias, con buena letra, sin borrones ni necesidad de tachar, sin necesidad de ensuciar el blanco papel con manchas que no sean las oportunas  Creo que es imprescindible que jamás tengas la necesidad de dejar páginas en blanco, de saltar una y otra vez en el tiempo sin escribir nada en el presente, eso es lo peor que te puedes hacer, sería la historia más aburrida jamás escrita. Escribe algo todos los días e intenta mejorarlo al siguiente.