8 de agosto de 2007

Caricias


Todo vale como medio de comunicación entre personas. Las miradas, el tono de la voz, el olor, la imagen, los roces, las caricias… ¿Qué ocurre cuando no se sabe distinguir entre un roce y una caricia? Cuando el azar junta tus manos con las de otra persona de forma casual y ese roce se parece más a una caricia que a un choque fortuito.

En ese tipo de situaciones hay quien sabe actuar en consecuencia y, con la mano que le queda libre agarra con fuerza las riendas de la situación y la conduce a su antojo, como si de una diligencia desbocada se tratase.

Otras personas contamos con el momento de la duda, el momento de la observación exocorpórea. Toda nuestra atención se centra en ese momento, en esa caricia. Todo el entorno, el marco que adorna ese cuadro, desaparece y para nada vale. Todos los sentidos se centran en la otra mano, con un aturdimiento propio de Woody Allen. Mil palabras cruzan tu cabeza en milésimas de segundo, todo gira como en Matrix alrededor de las dos manos. Esas vueltas acrecientan más el aturdimiento hasta que por un acto reflejo, de supervivencia, tu mano se eszafa de su torturadora análoga buscando la excusa de la casualidad, la misma que os juntó.

En ese momento te vuelves a sentir libre, frío y decepcionado, tu mano ya no suda y piensas una vez más, ¿Por qué no la besé?

8x8=20.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000


Un tablero de ajedrez tiene 64 casillas y 16 fichas por jugador, 16 blancas y 16 negras. Tras la primera jugada de las negras existen 400 posibilidades de movimientos, de actuaciones. Los peones pueden avanzar una o dos casillas y además los caballos tienes otras dos posibilidades cada uno para avanzar. Tras el segundo movimiento de las blancas son ya 5.326 posibilidades de actuación y tras el segundo movimiento de las negras 72.084. Más de nueve millones tras el tercero de las negras. Mediante cálculos aproximativos, se ha estimado que el número total de posiciones compatibles con las reglas de juego es del orden de veinte septillones; un dos seguido de cuarenta y tres ceros.

Todo esto dentro de una cuadrícula con 8x8 celdas. Imaginad el mundo de posibilidades que existe entre las millones de neuronas que suman dos personas que intentan comprenderse… ¿cómo queréis que os entienda?